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10/24/2006

Mesa


Sobre la mesa duermen rastros de once.
Lo último que queda,
Un cuchillo de mantequilla,
Va abandonando la escena.
Lo retiran.

Las hormigas y la noche
Aún no llegan a acabarlo todo.
Pero pronto lo harán
Hambrientas
Levantando a las migas y sus ruinas
Llevándoselas lejos
Fuera
Más allá del país.

Voy a untar la poca mermelada que queda
Encima de esos pedacitos
Para que te lleguen dulces
Los restos.
No necesito traductores
Para saber si recibiste mi regalo
Nena
Las hormigas y la noche
No fallarán para ti.

10/20/2006

Presentación en vivo Jueves 19 de octubre






10/13/2006

De vuelta el Rock

10/12/2006

Dicho I


Faltaba todavía para terminar con la obra y a Macuco le volvió la locura. Encargado de las terminaciones en madera, se había quedado ensimismado observando un listón. Lo recorría con la mirada y con las manos. Sus compañeros repetían:
-..otra vez, …otra vez.

Macuco intentaba dar con la salida de un clavo, clavo que había clavado hace un rato y la madera, antes víctima, amarraba ahora con fuerza desmedida, estrangulaba el metal sin compasión alguna.

Sin expresión, Macuco tomaba el martillo, otro clavo e intentaba darle al prisionero.

-¡Es una forma de decir, hueón ohh!!
- Mejor le aplicas la macilla, una lijaíta, una puliíta y con la barnizá ni se va a ver.

Macuco, que no había leído a Jodorowsky, se rompió las manos esperando algo de la psicomagia.

Foto: Richard Avedon

10/10/2006

Fin de semana en Mendoza


Con dos empates y cinco derrotas en el Apertura, el Tomba buscaba con ilusión el primer triunfo de su historia en primera A. Habían treinta mil alentando, cientos de chicos sobre las rejas buscando entrar a la cancha, papeles picados en el pasto, poleras al viento, bengalas de humo, lienzos atravesando la galería, color azul y blanco repartido por el estadio.
Empieza el partido e Independiente ataca sin meterla adentro. Mientas se sufre agradeciendo la farra rival, el Tomba comienza de a poco a manejar el balón y la figura del equipo, a esta altura el Dios Mauro Poy, hace ver a los defensas contrarios como pedazos de papeles tiesos. Así vino el uno, el dos y el tres. También la fiesta y la felicidad desgarrada de los mendocinos. El descuento al final, flojo rebote de un penal medio dudoso, no alcanzaría a cambiar lo que ya estaba escrito en nuestro viaje: ¡primer triunfo del Tomba!.

10/04/2006

Ojo zen


Antes de saludarlo, le dije que recién me habían rechazado la licencia por tener un sesenta por ciento de visión. Me imaginaba que el dato duro le gustaría al oftalmólogo y que podría apurarlo para volver a tiempo, antes que cerraran la municipalidad, con cualquier lente si fuese necesario. El doctor se veía viejo, con grandes anteojos de lupa y el típico delantal blanco, nada particular, excepto que sonaba una suave ópera alemana de su radio. Sin apuro, puso frente mío un cartel impreso con letras en filas, que variaban desde enormes hasta casi invisibles tamaños. Luego empezó a hurguetear en sus instrumentos probando la medida exacta para mi ojo, hasta que le dio al clavo y vi definido por primera vez, quién sabe desde cuando:
-Tienes miopía. Un alcance de un metro y medio, me dijo como si nada.
-¡Pero cómo! ¿tan poco?, ¿cuánto es lo normal?, ¿a qué distancia está ese cartel?, pregunté espantado.
-A cinco metros, el alcance máximo.
-¿?
-Tranquilo, pasa que de cinco metros al infinito, la diferencia es mínima.

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